Una mañana cuando estaba en mi cuarto siento que me gritan “Amanda” y de repente me abre la puerta Ethan, mi novio para volver a decirme que él no me había engañado con su secretaria; yo no le creí ni una palabra hasta que le dije que jurara por mi vida que él no había hecho nada y el no quiso jurarlo, entonces ahí me di cuenta que si me había engañado por lo tanto, lo eché de la casa. Yo hacía publicidades de películas, con lo cual ganaba mucho dinero y gracias a eso pude tener la casa de mis sueños. Apenas terminé de hacer la publicidad de “El día de navidad” decidí tomarme unas vacaciones a un lugar al que no había ido.

Me puse a buscar en internet casas que se podían alquilar en Los Angeles y vi una de la cual me enamoré apenas vi la foto. Le hablé a la dueña por el chat privado de la página para consultarle por esta; ella me comentó que también quería tomarse unas vacaciones y que unos amigos habían probado hacer un intercambio de casa, me consultó si me parecía probar con esa idea, yo convencida le dije que si.

Al día siguiente me fui, primero tome un avión y luego un taxi para que me dejara en la casa ya que estaba media alejada del pueblo; resulta que el taxi llego hasta un camino y me dijo que me tenía que bajar ahí porque no podría pasar por un camino tan angosto. Tuve que caminar un buen rato para llegar, hasta que la encontré; tal cual como en la foto. Entré y se veía un poco chica pero muy contenedora; guardé todas mis cosas y salí directo a comprar comida y cosas de limpieza para mantenerme las dos semanas que iba a estar allí; se me hizo un poco difícil manejar del otro lado del conductor pero llegué sana y salva. Compre todo y volví, acomodé cada cosa en su lugar y termine con lo que tenía que hacer. Me empecé a aburrir porque en Los Ángeles era invierno, no paraba de nevar y si salía me congelaba literalmente. Entonces me puse a ver películas pero esta idea no me sirvió mucho, entonces me puse a leer un libro; cuando de repente tocan el timbre. Bajo a abrir y era el hermano de la dueña de la casa que parece que no sabía que su hermana se había ido de viaje y también me dio la impresión de que había tomado copas de más, fue amor a primera vista apenas lo vi. Lo hice pasar y lo ayudé, le di un té y lo deje que se recostara en el sillón hasta el otro día.

Al otro día me levante y él ya había preparado el desayuno. Era un hombre muy guapo, con unos hermosos ojos y sonrisa; nos pusimos a hablar y me di cuenta que era muy agradable. Pasamos un tiempo saliendo a comer, a tomar el té y conociéndonos; hasta que un día me enteré que tenía dos hijas y era viudo. Desde ese día empecé a ir a su casa para ayudarlo con las hijas, ya que ellas eran pequeñas y me agradaban tanto como él. Luego de unos meses, empezamos una relación y así sigue nuestra vida juntos. Yo me mudé para Los Ángeles con él y sus hijas y ahora vivimos los cuatro juntos como una familia, con la cual los cuatro soñábamos construir.